Nuestra amiga de hoy es de esas que después de unos años casada quiere dejar a su marido y no sabe cómo hacerlo pero, en lugar de armarse de valor y decírselo, intenta matarlo. Esta brasileña sin embargo no quería usar el típico golpe en la cabeza o empujón por las escaleras. Se decidió por algo mucho más elaborado, ponerse veneno en la vagina y le propuso a su marido que se lo comiera enterito.
El caso es que el marido, de 43 años, no se había caído de un guindo y pronto sospechó que después de las múltiples broncas que habían tenido, que su mujer se abriese de piernas y le pidiese un beso por ahí era algo muy raro. Así que cuando empezó con los lametones notó un olor a rancio poco habitual y decidió parar. Al poco rato empezó a notar que todo se movía a su alrededor y se dirigió al hospital más cercano.
En el hospital detectaron que su sangre tenia ciertas dosis de veneno por lo que la policía fue a buscar a la mujer para hacerle alguna pregunta. Sin embargo la mujer había desaparecido con el veneno entre las piernas. No sabemos que habrá pasado, pero el marido seguro que ha conseguido el divorcio.
Visto en El Perro Flaco
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