Un consumo moderado de cerveza no provoca aumento del peso, ni modificaciones en la composición corporal como pueda ser el tamaño del abdomen, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La investigación "Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal", realizada por Ana María Veses, investigadora en el Instituto del Frío-ICTAN del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se presenta hoy en la sede ibicenca del Colegio Oficial de Médicos de Baleares, según ha informado el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) en un comunicado.
Veses ha asegurado que, pese al mito de que el consumo de cerveza produce distensión abdominal las conclusiones del estudio indican que "un consumo moderado de esta bebida fermentada de baja graduación alcohólica no provoca aumento de peso, ni modificaciones en la composición corporal".
El estudio ha sido realizado en un grupo de voluntarios durante diez semanas, durante las cuales mantuvieron sus hábitos de vida y alimentación, con la única modificación de su ingesta de cerveza.
Durante la primera semana, todos los participantes tuvieron que abstenerse de cualquier consumo de bebidas con alcohol.
Las cuatro semanas siguientes y de forma aleatoria, dependiendo del grupo al que habían sido asignados, incorporaron a su dieta habitual cerveza tradicional o sin alcohol, en la cantidad correspondiente a un consumo moderado de alcohol, es decir, 20-24 gramos diarios para los varones (2 latas de 33 cl) y 10-12 gramos al día para las mujeres (1 lata).
Entre otros parámetros, el estudio analizó la variación en el peso, el índice de masa grasa y masa corporal. Igualmente, se llevó a cabo un análisis dietético y de la actividad física realizada por los sujetos en el periodo del estudio y se realizaron mediciones de los pliegues cutáneos y de las circunferencias corporales.
Las mediciones antropométricas determinaron que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco registraron alteraciones significativas en los pliegues cutáneos.
La investigación ha sido realizada a partir de la concesión en 2008 de una Beca Manuel de Oya "Cerveza, Salud y Nutrición", promovida por el CICS y la ha dirigido la profesora de Investigación y directora del Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto del Frío-ICTAN del CSIC, Ascensión Marcos.
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