Ya era hora de que escribiera algo sobre videojuegos, y voy a empezar hablando de una lacra social como son los camperos (también llamados setas, champiñones o hijos de puta). No me puedo arriesgar a decir que son lo peor de los FPS, ya que hay otro tipo de calaña que son los cheaters, pero para ellos ya dedicaré en su momento unas dulces palabras.
Mi odio a los camperos nació hace unos 10 años en el Cibertalavera, local regentado por un yonki y una ludópata que birlaban dinero, y que era nuestro lugar de reunión para jugar al Counter Strike. Poco a poco fuimos aprendiendo a jugar, cada uno a su manera, fuimos entrando en clanes, jugando torneos… lo típico de los Cibercafés. Pero algo no iba bien. Había una persona (Maza, que cabrón eres…) que tenía un estilo de jugar diferente. Mientras todos revoloteabamos por la arena del Dust o recorríamos las calles del Inferno… BUM!!! headshot. ¿Qué ha pasado? Mirabas la pantalla y veías que te habían matado con el Artic. Bueno, mala suerte, a esperar a que acabe la ronda y a salir de nuevo. El problema venía cuando esto ocurría tres o cuatro veces seguidas.
Los nervios empezaban a aflorar y los primeros insultos se iban escapando (desde aquí pido perdón a Maza por la de veces que le he insultado). Se empezaba a forjar una figura entre mi círculo social y más adelante una figura incontrolable… EL PUTO CAMPERO DE LOS COJONES. Con lo bonito que es ir con tu M4 o con un AK47 tranquilamente, esperando el momento en el que aparezca un enemigo y batirse en duelo para ver quien tiene mayor puntería para apuntar a la cabeza. Pero no, siempre hay un desgraciado que te vigila sin que lo sepas, que espera un momento de flaqueza para BUM!!! headshot, y ahí es cuando te cagas en todos los beatos, los santos, los pontífices y en Percus.
En fin, aprendimos a convivir con la figura del campero, lo fuimos superando y por suerte yo empecé a controlar mis instintos, aunque me faltó poco para que me cruzara la cara alguien. Por desgracia dejamos de ir al Ciber, internet ya era más accesible y casi todo el mundo lo tenía en su casa, poca gente iba al lugar regentado por el yonki y la cleptómana. Una gran época de nuestras vidas habían muerto, y con ellas las batallas de insultos y de napolitanas, las caídas de Pablo, los piques con los del GameNet y demás sucesos.
Pero no podía dejar de jugar a los FPS. Por fin Internet en casa! Yo estaba que no cagaba de felicidad, pero desde ese día mis vecinos en lo único que se cagaban era en mi estirpe. ¿Motivo? LOS PUTOS CAMPEROS DE MIERDA. Es inevitable estar jugando al Call of Duty o al Battlefield y que alguna sucia rata acampada en una montaña te meta una bala del tamaño de un pepino entre ceja y ceja, y por supuesto es inevitable el alarido desprendido por mi boca después de otro BUM!!! headshot. En fin, no sé qué más decir. Quieren acabar con el tabaco, el terrorismo, las guerras, las putas… pero, ¿y qué pasa con los camperos? Me siento incomprendido…
Como colofón a este post, dejo un vídeo con la mejor muerte que he visto en un FPS, todo un ejemplo de la grandeza y la satisfacción de matar a un PUTO CAMPERO. Amén.
2 comentarios:
ya que estamos te enlazo desde mi blog, asi nos damos visitas jajajaja
pero que cosa más grota primejo
eso si, chulo un rato xDDD
Sergio
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